Con las medidas de distanciamiento social que probablemente estarán vigentes durante algún tiempo y con preguntas y decisiones desafiantes frente a nosotros, hemos visto florecer la necesidad de un compromiso digital de alta calidad.
Existe la oportunidad de probar nuevos enfoques en línea, ver qué funciona y qué no, y combinarlo con la mayor interacción cara a cara posible.
Ahora es el momento de aprovechar las opciones híbridas que combinan lo mejor de lo online con lo mejor de lo offline. Por lo tanto, hemos actualizado nuestra caja de herramientas de métodos y enfoques en términos de lo que funciona mejor para qué propósito y proceso, y cuáles pueden ser las soluciones alternativas para traducir la práctica en línea.
Dos de los principales cambios que llevamos a cabo fueron:
- esforzarse aún más por fomentar la inclusión y apoyar la participación al tomar las prácticas establecidas en línea, ya que el espacio para la interacción cara a cara se reduce día a día;
- Adaptar los plazos estimados para permitir más tiempo en la planificación de un proceso en línea, así como en el diseño y el apoyo a los participantes. Mover cada vez más procesos en línea no puede basarse en un simple «arrastrar y soltar», sino que debe permitir horarios realistas y ajustados a medida que el mundo se regula.
La COVID-19 también ha supuesto una toma de decisiones centralizada y una transferencia de confianza a los expertos. Sin embargo, hay decisiones difíciles por delante, y el público necesita estar aún más empoderado para hacer oír sus voces en medio de todo esto.